Qué lento ser ciprés, viviendo erguido al cielo y saber que todo en
este mundo necesita su tiempo.
Busco el ruido de las plazas, busco en las calles de ciudades que ya no
conozco.
Guardo una tarde de sol por si hace falta, ese es un tesoro que nadie
podrá arrebatarme.
Te busco entre la gente de las plazas, te busco en las calles de
ciudades que ya no recuerdas.
Te guardo una tarde de sol por si la quieres, ese es un tesoro que
nadie podrá arrebatarte. Te guardo una mirada risueña que nada
pretende, te guardo en un bolsillo el calor de mi piel por si vinieses.
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